sábado, 19 de octubre de 2013

Mi vida como artista






Centramiento.
 Obra de: "Rosa Mª Gallego"




Es un trabajo exterior-interior. Trabajo que engloba toda una filosofía y toda una lucha por encontrar un equilibrio entre la dualidad positivo-negativa. Es ir deshaciendo esta complicada madeja que es la mente para ir desgranando poco a poco alguna verdad que me trae un rayito de luz. 

Es observar tanto dentro como fuera y aprender de todo lo que se pueda; también de las fases más grises y oscuras –que aunque son desagradables y poco bonitas- son buenas maestras que pueden levantar los  velos de la ilusión, ignorancia o hacernos invocar a la luz, para que nos asista y vaya moldeándonos  -haciéndonos poco a poco más luminosos.

Es crear obras de arte que conecten con nuestra alma y puedan nutrirla, como lo hace la poesía.
Recuerdo que cuando decidí dedicarme al arte de una forma más profesional, al mismo tiempo encontré una  persona que,  mientras me daba unas clases de pintura a la aguada -tipo zen-, con su sabiduría supo mostrarme el arte como un camino espiritual. Me  habló de Antonio Blay,  Sri Aurobindo y Mirra Alfassa  ("Madre"). Fue entonces cuando poco a poco, mi pintura se fue convirtiendo en un arte visionario del mundo interior; aunque quizás ya había una predisposición natural, porque siempre me han gustado pintores singulares como Gustave Moreau, Blake, Frida Kahlo, Georges Rouault, Rossetti y Burne-Jones, entre otros.
Cuando finalicé mi primera exposición como pintora, me pregunté a mi misma que camino quería seguir y  tras una reflexión escuché en mi interior que me gustaría que  las obras pudieran transmitir energía y belleza. Fue entonces cuando empecé a  contemplar el arte  desde la perspectiva de irradiar energía. Años más tarde pude comprobar que había más pintores que compartían esa idea.  www.energyart.es 
Siempre he admirado las obras del renacimiento y del gótico, no sólo por la buena técnica con las que fueron realizadas, sino también por la energía que desprenden, es una mezcla de belleza y amor que se siente no sólo con la vista sino con el corazón.  Es esta energía la que busco en mi creación, para poderla transmitir en mi obra. Lejos estoy de la maestría  que poseían los maestros del renacimiento, además poseían una excelente técnica, pero me sirve de fuente de inspiración. El amor es el principal ingrediente de la belleza.
Creo que es importante para el artista ser receptivo.

La receptividad coloca al artista en posición de recibir la ayuda de una inspiración luminosa.
Podría decir que mi obra  procura  asentarse sobre tres pilares: espiritualidad, sanación y energía.

  

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