Noche acogiendo al sueño.
Obra de: "Rosa Mª Gallego"
Existe toda una
simbología general con respecto al significado de los sueños, pero también
paralelamente existe una simbología muy peculiar y singular, que tan sólo
pertenece al individuo que ha producido el sueño. Es como un traje a
medida, hecho particularmente y en exclusiva para él. La primera
simbología podríamos llamarla “Universal”.Utiliza símbolos que parecen
pertenecer al inconsciente colectivo y por eso nuestras mentes pueden compartirlos
y utilizarlos al fabricar un sueño. Podemos encontrar su significado en
libros o internet fácilmente.
En cuanto a la segunda simbología que podríamos llamar
“Personal”, si queremos profundizar y aprender de nuestros propios sueños,
requerirá más esfuerzo y participación por nuestra parte, que una simple
consulta del símbolo del sueño, para poder avanzar en la técnica de descifrar y
comprender nuestra propia simbología. Como ejemplo de esto, decir que
tuve una época en la cual soñé mucho con mi mascota: mi perro. Se
convirtió en un símbolo propio y en muchos de mis sueños lo interpreté como
representación de mi parte emocional. En otros sueños aparecía mi hermana y
deduje que se trataba de un aspecto de mi propia personalidad. También me
he encontrado con alguno donde aparecía mi madre o mi padre, pero que también
representaban partes de mi misma. Nosotros somos los destinatarios de nuestros
propios sueños y la mayor parte de sus símbolos tienen que ver con nuestra
propia persona, aunque en ocasiones y minoritariamente haya otros que se
refieran a personas de nuestro entorno. En este apartado cada cual debe
experimentar e investigar su propia simbología, porque es totalmente individual
e intransferible.
Podemos encontrarnos sueños con una simbología mixta.
Cuando iniciamos su interpretación es bueno acogerla
desde todos los ángulos posibles, es decir si aparece un símbolo universal,
contemplamos su significado como tal y por otro lado también nos preguntaremos
interiormente su significado particular para nosotros, ya que en ese preciso
momento somos como detectives al acecho de reunir cuantas más pistas mejor,
para hallar la trama de su argumento y desvelar su oculto y preciado
mensaje. Es importante observar los verbos que aparecen, ya que nos
indicarán las acciones: correr, subir, bajar, huir, comer…. así como el estado
anímico que se vive durante el sueño: felicidad, miedo, terror, ansiedad,
satisfacción… La suma de todo ello va a revelarnos su significado para poder
traducirlo en un lenguaje comprensible para nuestro consciente.
A la hora de su interpretación necesitaremos mucha
paciencia, porque sólo de releer su historia, la mayoría de las veces la
primera sensación va a ser de enfrentarnos a un texto sin sentido, sin pies ni
cabeza: un verdadero galimatías. Esto es bastante desalentador, sobre todo si
somos principiantes. Nos puede ser de gran ayuda llevar un diario que
contenga los acontecimientos, pensamientos y sentimientos más relevantes del
día, así tendremos una buena referencia de los posibles ingredientes que hayan
podido formar parte de él.
Un sueño nos puede aconsejar, alertar, prevenir,
compensar, diagnosticar, recordar… y como no hacernos más conscientes de cosas
que pasamos por alto durante el transcurso del día. Es un puente de
comunicación que va del inconsciente a nuestro consciente y como el lenguaje
del inconsciente son los símbolos, estos son su alfabeto y en nuestras manos
está el realizar su traducción.
No siempre recordamos nuestros sueños, aunque se dice
que soñamos a diario. Los sueños pueden ser fuente de aprendizaje para
nosotros, pero debemos recordar que son muy efímeros y se desvanecen
rápidamente al despertarnos, por ello será bueno coger el hábito de anotarlos
tan pronto como podamos, para que no caigan en el olvido, en saco vacío.
Hay técnicas para ayudarnos en este menester. Algunos
aconsejan dejar papel y lápiz cerca de la mesita de noche y acostarse con la
orden mental de recordar el sueño al despertarse, al igual que a veces
nos acostamos recordándonos a nosotros mismos una hora determinada para
despertarnos y aunque pueda parecer extraño muchas veces funciona.
Por mi propia experiencia, decir que en épocas de
crisis o crecimiento personal pueden convertirse en un elemento de autoayuda.
Nos cuentan cosas y descubren partes de nosotros mismos. En algunas de estas
épocas he recopilado e interpretado gran cantidad de ellos. Cuando
nos hacemos amigos de nuestros sueños, se crea un lazo más íntimo
gracias a la confianza que les depositamos, que nos permite poder recordarlos
con mayor facilidad. Los clasifiqué por fechas y cada uno lleva su título
clave. La metodología que utilicé fue sacada de leer algunos libros y
sintetizada en los siguientes pasos:
- Anotar tan pronto como se pueda el sueño en un papel.
- Releerlo y dar un título clavé al sueño, un título que tenga valor
para nosotros.
- Hacer una primera versión muy simplificada de la historia. Podría ser
una o dos frases que reflejen lo más relevante del sueño, como una
sinopsis de una película. Podemos empezar por anotar algunas palabras
clave, para romper el hielo y luego ya daremos con la frase adecuada que
pueda resumir su argumento.
- Anotar los símbolos, descifrarlos: ver si pueden ser universales y/o
contemplarlos también con nuestra simbología propia, individual. En la
simbología propia sería bueno hacernos preguntas sobre cada objeto o
personaje.
- Ver qué acciones se ejecutan.
- Observar cual ha sido nuestro estado emocional durante el sueño.
- Por último pasar a la interpretación del sueño con la suma de todos
los datos anteriores.
Para el cuarto paso recordar que la técnica de
“Asociación libre” puede sernos muy útil para descifrar nuestros símbolos
personales, válido tanto para los representados por objetos como por
personajes. Nos haremos preguntas que puedan responderse con una
característica, que nos ayude a dilucidar su significado.