martes, 1 de octubre de 2013

El niño interior: saber escucharlo




Escuchando al niño: es importante estar conectados.
Obra de: "Rosa Mª Gallego"


Con referencia al "niño interior" puedo decir que no  dudo de su existencia.   Cuando desconocía el significado de  éste término usado en psicología, tuve un sueño que me dejó perpleja al despertar.  Era de una estructura muy simple:  sólo veía una imagen gigante de un primer plano del rostro de una niña pequeña –como si ocupase toda una pantalla del cine- que se reía de mi a carcajadas  y repetía que no sabía cuidarla. De alguna forma  me estaba diciendo que la opción que había tomado, en esos momentos de mi vida, no era la más óptima ni sana para mi desarrollo, sino todo lo contrario. Con su mofa, ponía al descubierto mi inaptitud de tomar las riendas de mi vida. Más que un simple sueño,  que casi todos están llenos de símbolos por traducir, este me pareció una cruda realidad que emergió del subconsciente  como un buen consejero, que exponía abiertamente la ineficacia de una determinación, en absoluto saludable, para que pudiese tomar conciencia. Evidentemente en aquella época todavía no había aprendido a escucharle, pero surgió en forma de sueño para ofrecer su sabiduría: frenar una acción inducida por  la parte adulta y hacerla recapacitar. Creo que si limpiamos los aspectos inmaduros de nuestro niño interior, a parte de una buena conexión e integridad con nosotros mismos, puede conectarnos con la sabiduría.

Nuestro "niño interior" quiere ser cuidado, escuchado, respetado y sobre todo amado. Si no queremos darle la atención y reconocimiento que se merece, podría causarnos problemas físicos o psíquicos. Atendiéndole gozaremos de mejor salud y ganaremos sabiduría. Es importante que escuchemos sus emociones, sentimientos y tengamos la suficiente paciencia de no abandonarle ni culpabilizarle cuando emerjan procesos enquistados, que lo único que quieren es  la sanación.

En términos psicológicos llaman “niño interior” a todas nuestras partes que no llegaron a madurar y que esconden: dolor y heridas emocionales, pero puedo decir que  también esconde a un sabio, que según sea el calibre de las heridas emocionales estará más o menos despierto, en casos extremos estará secuestrado y prácticamente anulado, pero aun así, siempre dispuesto a despertar si alguien le tiende una mano.

 

 

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