domingo, 8 de septiembre de 2013

Tristeza





Tristeza: es importante acoger la tristeza de nuestro niño interior.
Obra de: "Rosa Mª Gallego"

  
Ser capaz de abrirse a la tristeza de nuestro niño interior es importante. Acoger la propia tristeza cuando esta llega, no huir, dejar que nos atraviese para que se disuelva y no se vuelva sólida. Verla, acogerla y escucharla, sin recrearnos en un victimismo. Luego si es necesario realizaremos los cambios oportunos. Haciendo esto logramos que se diluya por el sólo hecho de observarla.
 
Muchas veces la tristeza se parece a la imagen de una estación: llegamos y el tren parte sin nosotros, algo o alguien se no escapa.  Nos quedamos solos, tristes, estancados en una sensación de pérdida, viendo a lo lejos aquello que se aparta de nuestro lado y se abre un tiempo de espera, como un paréntesis, donde podemos abrirnos a la reflexión, para escucharnos a nosotros mismos, ver que es lo que nos falta para ser felices, asimilarlo y tomar nuevos medios o caminos  para seguir adelante.
 
Quedamos por un tiempo en la estación hasta que remontamos y nos sentimos con fuerza para tomar otro tren, quizás con otro destino o el mismo, según veamos en nuestro interior, lo que más convenga a nuestro crecimiento. Nos desapegamos de unas cosas y elegimos otras para conseguir nuestro bienestar interno e integridad personal.
 
Eso sí, no nos quedemos más tiempo del necesario en la estación por inercia o miedo. Afrontemos nuestros miedos, dudas, frustración... y si no nos sintiéramos con fuerza para rehacer nuestra vida, no dudemos en buscar ayuda para que nos faciliten el acceso  al próximo tren.
 
Después de cada pérdida se abre un nuevo ciclo en nuestra vida.
 
 


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