![]() |
El elefante rosado: cuento de "Rosa M. Gallego". |
Podemos leer o escribir cuentos para nutrir nuestra alma. Los escribimos
simplemente porque nos gusta y disfrutamos haciéndolo, porque quizás tenemos
facilidad para ello; pero también podemos hacerlo para atender nuestros sentimientos y sanar heridas emocionales. Los cuentos son
narrados con mucha simbología que conecta directamente con nuestro
subconsciente y también con nuestra alma. Muchas veces los cuentos exponen un problema y
finalmente nos narran un desenlace
feliz, que traerá paz y comprensión a
nuestro niño interior. En mi caso puedo decir que me gusta escribir cuentos
desde que era bien pequeña, pero desde hace unos años me he dado cuenta que
también pueden aplicarse para realizar arte-terapia, con muy buenos resultados.
Pueden ayudarnos a traspasar crisis emocionales y atender nuestros sentimientos
de una forma constructiva.
Dentro de nuestro niño
interior existen sentimientos muy fuertes que necesitan ser liberados, acogidos, comprendidos, esclarecidos
para poder trascenderlos y poder ofrecerles su maduración. El cuento nos permite exagerarlos cuanto nos
sea necesario –ya que nuestro niño herido en ocasiones puede ser muy dramático-
y poder procesarlos mientras lo vamos escribiendo. No hay censura, todo es posible, gracias a su
lenguaje simbólico. La magia que tienen los cuentos nos hacen potenciar también nuestra fe en nuestros sueños y en la
resolución de los problemas. Nos dan energía para allanar obstáculos.
Podemos narrar la historia
de un cuento para encontrar un desenlace que va ser el bálsamo para cicatrizar alguna que otra herida
emocional. En un cuento no hay límites, como en la realidad, todo es posible y
el desenlace está en nuestras manos.
Los cuentos pueden ser
escritos de forma espontánea e inspirada, sin tener un argumento de antemano o bien podemos empezar a
escribirlos siendo conscientes de que queremos resolver un problema concreto, que lo traduciremos en símbolos. En esta
segunda opción empezamos a escribirlo exponiendo lo que sentimos, sin saber cuál
será su final, pero sobre la marcha nuestro subconsciente e inspiración nos
ayudarán a resolverlo de forma inesperada y al mismo tiempo sorprendente. Este
tipo de narración va a ser al leerlo como una medicina, que nos irá cicatrizando
la herida. Podemos releerlo tantas veces como necesitemos y si sentimos cierta
paz al hacerlo, significará que está actuando en nosotros positivamente. Será como una medicina.
Pueden ser también una
herramienta en psicología: pueden ayudar a detectar o resolver traumas
olvidados y de los cuales sólo se tenga su sintomatología, haciéndolo de una forma sutil, indirecta y actuando
directamente en el subconsciente.
A parte de la belleza y
magia que encontramos en los cuentos antiguos: la Cenicienta, la Blancanieves,
Alicia en el País de las Maravillas… hay también mucho psicología traducida en
símbolos que nos recuerdan de forma encubierta
y alegórica grandes verdades, que nuestro subconsciente captará al leerlos
conectándolos con nuestra esencia.
Los cuentos también nos
sirven para transmitir valores y potenciar las buenas cualidades humanas, para que las recordemos. Nos
hace apreciarlas y nos invita a practicarlas. También nuestros hijos se beneficiarán de
escuchar estas narraciones. Recordar que conectan
con la ternura de nuestro niño interior.
Por último nombrar y rendir homenaje desde aquí a Walt Disney, por toda su obra y por la ternura que supo transmitir en sus producciones.
Por último nombrar y rendir homenaje desde aquí a Walt Disney, por toda su obra y por la ternura que supo transmitir en sus producciones.
Sí alguien sintoniza con los
cuentos o la poesía le invito a leer mi blog: www.poesiadesdelalma.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario